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domingo, 28 de agosto de 2022

Como se dice cuando te gustan los mormones


Me da mucha curiosidad el mormón.

Tiré mi mirada por la ventana, buscándole, tal vez leyendo la biblia, tal vez rezando. Aunque trate de privarme de ese sentimiento que me es difícil identificar, no puedo evitar ceder.

Como todos los suyos que se me hacen llamativos, tiene rubias hasta las pestañas, compartiendo mis 18 años. La camiza fajada bajo el pantalon y su corbata, me inspiran una inocencia falsa de la que soy consciente, peroa yo mo ignorar a mi conciencia.

La luz de su ventana era acusante sobre la oscuridad nocturna, y no sabría decir si para mí o para él. En segundos distinguí el afectuoso abrazo que le proporcionaba otro chico por su espalda, encontrándose el rubio sentado volteándose hacia él correspondiendo su abrazo, con los rostros tan apegados que me intimidaba la tensión.

Tan cercano, se sentía íntimo, como si yo hubiera trasgredido su privacidad. En un segundo me aparté de la ventana, con los ojos mirando a un punto fijo de la habitación en la que me habitaba, ignorando lo que acababa de ver.

Pude haberlo malinterpretado, soy sincero respecto a eso. Pero no es un delito dudar de tal afecto, porque unos mormones estrechaban su piel de una forma que deseaba tanto.

¿Cuál es su afán por no cerrar esa ventana?


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