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domingo, 28 de agosto de 2022

Como se dice cuando te gustan los mormones


Me da mucha curiosidad el mormón.

Tiré mi mirada por la ventana, buscándole, tal vez leyendo la biblia, tal vez rezando. Aunque trate de privarme de ese sentimiento que me es difícil identificar, no puedo evitar ceder.

Como todos los suyos que se me hacen llamativos, tiene rubias hasta las pestañas, compartiendo mis 18 años. La camiza fajada bajo el pantalon y su corbata, me inspiran una inocencia falsa de la que soy consciente, peroa yo mo ignorar a mi conciencia.

La luz de su ventana era acusante sobre la oscuridad nocturna, y no sabría decir si para mí o para él. En segundos distinguí el afectuoso abrazo que le proporcionaba otro chico por su espalda, encontrándose el rubio sentado volteándose hacia él correspondiendo su abrazo, con los rostros tan apegados que me intimidaba la tensión.

Tan cercano, se sentía íntimo, como si yo hubiera trasgredido su privacidad. En un segundo me aparté de la ventana, con los ojos mirando a un punto fijo de la habitación en la que me habitaba, ignorando lo que acababa de ver.

Pude haberlo malinterpretado, soy sincero respecto a eso. Pero no es un delito dudar de tal afecto, porque unos mormones estrechaban su piel de una forma que deseaba tanto.

¿Cuál es su afán por no cerrar esa ventana?


Me paso la película sola edición número mil

Las relaciones sociales no familiares.,.,.

Hemos aprendido a plantearlas como algo que tiene entrada agradable, o al menos en su mayoría lo debería ser. Donde sólo existen palabras bonitas que te suben el ego, una sonrisa perpetua, de esas que te hacen doler el rostro al final del día.

Yo ya no sé si mantenerme en esa línea. No sé si sea sólo porque amo romantizar todo y soy fácil de aburrir. Pero me está llamando demasiado la relación que se ve adversa, que comienza misteriosa e incluso hostil. Seguramente porque esas son las que más me han roto la psiquis, son magnéticas.

Una mirada que me busca, y yo le busco, pero no tiene antecedentes, nace porque le percibes por alguna extraña fuerza. Y me han atravesado varias, la temerosa, la penetrante, la cómplice y la divertida (ésta última me repele en primera instancia). Es algo que anhelo porque me intriga en lo que se puede desenvolver esa primera instancia, porque la casualidad lo fuerza, y la curiosidad es por ambos lados.

Pero finalmente es algo que sólo funciona en el imaginario, en las series y películas. Yo no me he topado con algo así, o al menos no que haya funcionado, no con algo que no me haya decepcionado.

Tenía un compañero en la media que me atraía, por el simple hecho de ser el único weko de la clase además de mí, y yo aún no me asumía como hombre, así que habían 0 posibilidades. Su presencia era desagradable ante muchos, le gustaba molestar con todo lo que podía hacerlo, era de una piel inesperada y bruta.

Sin embargo me seguía atrayendo, y él sabía que yo gustaba de él. Algunas miradas penetrantes me hacían sentir expuesto, pero tambien otras cómplices me hacian saber que no era algo que mencionaría después. Yo sentía que sabía todo lo que me sucedía, que entendía que no era una mujer, ni un hombre heterosexual.

Pero también entre ellas había una malicia que me ponía inquieto. Me molestaba, le gustaba dejarme sin palabras e incómodo, pero me siguió gustando eso de él por mucho tiempo.

Me costó hasta cuarto medio entender que era algo que nunca pasó, que no había nada y sólo se burlaba de mí. Pero hasta hoy en día aún dudo de por qué se fijaba en mí con esa especial atención.

¿Por qué un cabro promiscuo hipersexual quería buscar a la marimacha virginal?

Nunca supe, pero cuando se me declaró tampoco supe qué decir. No sé hasta que punto era una burla o era real. Pero fue excitante, y con eso me quedé, y porque estoy rayado, sigo buscando eso.

viernes, 19 de agosto de 2022

Otro escrito fleto

Detrás de mí, levantaste mi camisa que estaba por debajo del pantalón, con cierto desespero. Tus manos se colaban por mi torzo, de la cintura a la altura de los pezones; quedé sin palabras. Y cuando llegabas a mi cuello, no podía evitar soltar un pequeño gemido ahogado, que negaba el placer.

La vergüenza y el placer eran enemigas, nunca habia experimentado tal calor, cual hacia hervir mi estómago; era caótico. No quería que se detuviese, pero no podría haberlo aceptado.

viernes, 5 de agosto de 2022

fetiches¿?

Anoche me sucedió algo que me preocupó...

Bueno, este último tiempo me han acontecido muchas cosas, pero en resumen; me cambié de casa, hoy mismo más tarde viajaré para conocer a mi ciber amigue, entro a clases el Lunes y me encontraron 3 caries.

Centrémonos en las caries. Fui al dentista ayer y no de los 9 años, jamás en la vida había tenido problemas con mis dientes, por lo que descubrir que esta princesa tiene 3 caries y pésima higiene dental, se volvió personal.

Yo creo que ese golpe al ego puede deberse bastante a lo severo que era mi padre con lavarse los dientes cada noche, y cepillarse tan fuerte hasta sangrar o tener arcadas. Hoy en día entiendo que esas concepciones son sólo otro ejemplo de lo absurdo que se vuelven las manifestaciones machistas en situaciones mundanas, pero no puedo negar que a pesar de ser consciente de esto, seguía cepillándome los dientes con una fuerza tal como la de mi rabia al sistema educativo chileno.

Un cepillado con ritmo acelerado y repetitivo, llevó a que tuviera tres caries y encías sangrantes. Bueno, después del drama interno que me mande SOLA EN MI CABEZA DE LOCA, me recetaron un enjuague bucal, nueva rutina de cepillado e hilo dental. Yo jamás en la vida he usado hilo dental, me da excesivo asco, pero he tenido que acatar. 

El nuevo ritmo de cepillado es con prioridad a entrar por las encías, se llama bass modificado si quieren buscarlo (nadie me leía ahre). Pero en lo que me cepillé las muelas la noche de ayer, noté algo extraño, como un placer instantáneo. 

ME AVERGÜENZA MUCHO DECIRLO, PERO ES TAN RANDOM QUE ME DA RISA JASHAJSH.

Siendo específico, siento más placer en mi encía inferior derecha, tanto que se me escapó un pequeño gemido en un momento, instantáneamente ante esto paré, me llegué a asustar. Sin embargo no niego que esta mañana me cepillé con más tiempo las muelas que los demás dientes, con toda la patética sinceridad que tengo lo acepto.

Lo describiría como un placer suave, con un toque de dolor que potencia el primer factor. Dura sólo el periodo del cepillado, pero no he probado demasiado, se me hace extraño aún.

Pero como digo, fue algo que me gustó, y es muy extraño porque tampoco es que esté en alguna época en la que ni yo mismo soporte mi calentura y todo puede ser sugestivo, que me he visto en esos periodos, sobre todo cuando iba en el liceo, dios, de verdad en ese entonces daba lo que fuera por culiar o ser culiado. Pero en este tiempo no he sido así, hace bastante tiempo ya, estoy algo retraído sexualmente por algunas experiencias tal vez un poco traumáticas.

No sé cómo es que sucede eso, nunca antes me había cepillado de esta forma así que no sabría decir si es algo reciente o que siempre ha estado en mí. Sólo pude identificar la sensación, no la suficiente como para un orgasmo (creo), sino como el de ser besado en el cuello, cosa que también me da mucho placer, como un cosquilleo placentero. Tampoco soy una persona de fetiches, quiero aclarar.

Intenté googlear sobre qué trataba, pero no encontré más que encontrar atractivo en dientes, sonrisas, o incluso arrancar muelas, nada que se asemejara a lo que me sucede. Además de ser muy pocos resultados los referentes a la excitación, los demás hablaban sobre el cuidado de la dentadura, como lo que saldría en una búsqueda NORMAL sobre dientes.

SEÑORA LE ESTOY PREGUNTANDO PORQUÉ ME EXCITO CUANDO ME CEPILLO LA MUELA, DIOSSSS. Respoooondame.




Y eso fue lo que me aconteció jaja qué chota, cada día más lokito el weko este.