viernes, 19 de agosto de 2022

Otro escrito fleto

Detrás de mí, levantaste mi camisa que estaba por debajo del pantalón, con cierto desespero. Tus manos se colaban por mi torzo, de la cintura a la altura de los pezones; quedé sin palabras. Y cuando llegabas a mi cuello, no podía evitar soltar un pequeño gemido ahogado, que negaba el placer.

La vergüenza y el placer eran enemigas, nunca habia experimentado tal calor, cual hacia hervir mi estómago; era caótico. No quería que se detuviese, pero no podría haberlo aceptado.

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